Muy festival. Muy estival. Muy demencial. Así fue la cuarta edición del F.E.D., que ha ganado mucho con su reestreno –tras el parón del 2017- en el castillo de los Templarios de Ponferrada y con su apuesta por enriquecer su formato festivo con las charlas, ahondando en su faceta cultural, de Ricardo Pérez Palacios ‘Titín’ (Descendientes de J. Palacios) sobre la nueva ordenación y clasificación del viñedo –a lo que popularmente nos referimos como zonificación- en la DO Bierzo y de Paloma García-Moreno, Jorge Vega (Puerta del Viento) y Nacho González (La Perdida) sobre producción ecológica y nuevas formas de viticultura.
Y es que el objetivo del Festival Estival Demencial es difundir el vino y su cultura en una comarca tan vinculada al viñedo como es la comarca del Bierzo, reuniendo en un mismo espacio a bodegueros, viticultores, restauradores, periodistas, catadores más expertos y aficionados al vino. Con las 24 bodegas y la mesa de 100% Bolado -la primera tónica artesanal del Bierzo- repartidas entre los dos corredores que dan al patio del palacio del castillo, lo difícil era decidir por dónde empezar (y después pensar en qué momento subir o bajar de un corredor a otro).
Un centenar de vinos
Tintos, blancos y rosados. Dulces y secos, minerales y afrutados, con más o menos cuerpo. Mencía, albarín, godello, tempranillo, dona branca, prieto picudo, garnacha y gewürztraminer, entre otras variedades. Barricas, botellas y ánforas. Bierzo, Tierras de León, Valdeorras, Ribera de Duero, Toro y Rioja. De nuevo vinos de todos los colores y sabores para vestir todos los gustos que desfilaron por el F.E.D. 2018, uniformados con su copa, su guía y su pulsera (verde, amarilla o roja).
El lugar perfecto en el que perder la cabeza copa a copa y convertirse en un ‘demente’ del vino, conociendo de primera mano los detalles de cada uno de los caldos (una palabra que utilizamos mucho los periodistas, pero que no gusta nada a la gente del mundo del vino. ¡Perdón!) y que este año fueron cerca de un centenar. ¡Bendita locura!
F.E.D., espacio de confluencia
Así, confluyen en un mismo lugar desde proyectos más consolidados a bodegas que prácticamente estrenan su primera añada, como es el caso de los hermanos López Folgueral y sus Vinos LOF con VI LOF 2016 y La Fontiña de Nai -que fue embotellado hace unos meses y aún necesita algo más de tiempo en botella, nos explicaban-.También jóvenes son las iniciativas de Primus Bergidum, Michelini i Mufatto, Bigardo, Dominio de Anza, La Osa Vinos, RAC Wines, César Márquez o V’s de Gumiel.
Primus Bergidum llevó La Fulgueira 2016 y Valsilencio 2015, mostrando la evolución de esta bodega impulsada por tres amigos (Julio, José y Amando) que empezaron haciendo vino como aficionados para familiares y amigos, mientras que en la mesa de al lado Asier, uno de los hermanos de V’s de Gumiel –perteneciente a Bodegas Arrocal-, explicaba el diferente carácter y la historia que hay detrás de cada uno de sus tres vinos de Ribera de Duero, elaborados con tempranillo y todos “con mucha fruta” (El Asno vio al Ángel, Gallinita Ciega y Perro Gato Ratón).
Bodegas jóvenes
También de otra denominación de origen estaba La Osa Vinos de Noelia de Paz -que ya participó en la anterior edición del F.E.D.- con sus ‘trasto’ de prieto picudo y albarín; y Bigardo, un vino potente y con ‘rock&roll’ de la zona de Toro, elaborado por el rebelde ‘Kiko’ Calvo. Su etiqueta lo dice todo, como lo dice todo el nombre de otro de los vinos participantes en el FED, Brutal –de mencía y de godello- de la bodega RAC Wines, el proyecto personal de Rodrigo Ameijide, que ya trabaja en dos referencias más para completar la gama.
Entre los jóvenes enólogos también destaca César Márquez, que ya vuela con su propio proyecto al margen de la bodega familiar Castroventosa y Raúl Pérez. Entre sus vinos -La Salvación Godello, El Rapolao, Parajes del Bierzo, Las Firmas de Valtuille, El Llano y Pico Ferreira-, volvió a colar una de sus sabrosas pruebas, dos botellas de un blanco dulce con gewürztraminer (esta vez llegamos tarde a su cata).
A su lado, la mesa de Michelini i Mufatto con sus dos A Merced (Valdeviñas y El Canto), Mundo Zeppelling, Capitán Beto y Plop! En el Camino, una original mencía de viñas centenarias criada en ánforas de arcilla. En la planta baja también había que hacer parada en la mesa de Raúl Pérez (una incorporación de última hora) para catar alguno de sus vinos, como La Poulosa o La Vitoriana, y de Dominio de Anza, la incursión en el Bierzo del enólogo navarro Diego Magaña, que además de su Selección de Parcelas hace un vino de finca de El Rapolao.
Proyectos consolidados
En el Festival Estival Demencial participaron también otros proyectos consolidados como Demencia, con los mencías Demencia 2012, Pyjama, Cachicán y Demencia Villegas, el tinto fino Taruguín y el garnacha Gatuno que elaboran Nacho León y Bruno Arias; o como Akilia, la expresión de los viñedos de San Lorenzo en las manos del barcelonés Mario Rovira y que, además de sus cuatro etiquetas (Villa de San Lorenzo Blanco y Tinto, K y Villarín), dio a catar un nuevo rosado.
Otro ejemplo de proyecto asentado y de enólogo que ha encontrado en el Bierzo la región en la que desarrollar su proyecto personal es el de Verónica Ortega, una gaditana que sabe muy bien cómo sacarle diferentes matices a la mencía, muy expresiva en sus elaboraciones ROC, Quite y Versión Original (VO), y al godello en CAL. En el F.E.D. se pudo probar su última incorporación, Cobrana, muy fácil de beber y en el que utiliza uvas mencía, alicante bouschet, godello, doña blanca y jerez, entre otras.
Así, se pudieron probar también el D2 de Ada Prada&Álvaro Vidal; el Van Gus Vana de María Zamarreño; los Versos de Valtuille y Cepas Centenarias de Bodegas Estévez; los Capricho (deliciosos y refrescantes) y Xestal de Bodegas Gancedo; los Godelia en blanco, tinto y rosado; y las conocidas etiquetas de Peique. No faltó la bodega Vinos Valtuille, que es fiel a su cita con el F.E.D. con el Pago de Valdoneje Mencía, Roble y Godello.
Vinos Naturales
También hubo espacio para los vinos naturales en el Festival Estival Demencial, como los que hace Jorge Vega en Puerta del Viento, un firme defensor del menor intervencionismo posible, la producción ecológica (su bodega está certificada) y no utilizar sulfuroso «ni para dormir bien». En el castillo se pudieron probar las nuevas añadas del Mencía y Godello y la elaboración que realizan con la variedad sirah, el Chirá 450.
Otro exponente de este tipo de vinos es La Perdida, una bogeda de la zona de Valdeorras capitaneada por Nacho González, que ha hecho un importante esfuerzo en la recuperación de cepas viejas en vaso -es un enemigo confeso de las plantaciones en espaldera- y la defensa del valor del ‘godello vello’. Así, ha traído al Bierzo para su cata botellas de O Trancado, con mezcla de garnacha y mencía; Proscrito Clarete, con palomino; y A Chaira, con dona branca.
El otro representante de Valdeorras fue Adega Cepado, del que se pudieron probar sus premiadas elaboraciones de godello -Cepado Godello y Cepado Black Edition- y que en este F.E.D. también han dado a catar su tinto garnacha Finca A Coronela. También de fuera del Bierzo ha participado Bodegas Belote, con sus vinos de Tierra de León elaborados con las variedades prieto picudo y verdejo en cuevas: Calandria Tinto, Rosado y Blanco y Belote 2015.
La organización del F.E.D. ya está pensando en la edición del 2019 y no descartan llevar a cabo otras actividades a lo largo del año e incluso acciones fuera de las fronteras del Bierzo.
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