La Fontiña de Nai, LOF con LOVE

La Fontiña de Nai, LOF con LOVE

Esta semana volvemos con un nuevo maridaje sonoro tras pasarnos por El Sexto Sentido (C/Antolin Lopez Pelaez 3, Ponferrada), donde catamos una botella de La Fontiña de Nai de Vinos LOF. Esta vez lo hicimos con más detenimiento que en la pasada edición del Festival Estival Demencial (FED), donde también probamos su otra etiqueta, el VI LOF. La Fontiña de Nai es un 100% mencía, complejo y con potente estructura, para el que se me viene a la cabeza una de las canciones de los Love, ‘Alone again or’, incluida en su álbum ‘maestro’ Forever Changes (1967).

Detrás de LOF está el proyecto familiar de Samuel López y Adela Folgueral, que empezó a dar sus primeros pasos cuatro decadas atrás y que desde el 2013 elabora sus propios vinos con la incorporación de sus hijos Héctor y Víctor y la rehabilitación de la antigua bodega del abuelo. Con viñedo en la zona de Valtuille de Abajo y Villalibre de la Jurisdicción, las uvas para La Fontiña de Nai proceden de una única finca de vides centenarias junto a la que manaba una fuente con cuya agua se abastecía al ganado de la zona.

Precisamente, debe su nombre a esa fuente, en un guiño también a esa zona de convivencia entre el castellano y el gallego en el Bierzo y a sus raíces (nai es madre en gallego). Ese viñedo, en el conocido paraje de Villegas en Valtuille, se ubica en una parcela llana junto a los prados de ‘El Friscal’, según cuentan en su página web. Se elabora de manera tradicional con un 25% de raspón y fermentación en depósitos de acero inoxidable, con remontados. Así, la maloláctica tiene lugar ya en barricas de varios usos, donde se somete a una crianza durante 14 meses y varios trasiegos.

Lof La fontiña de Nai

Love Lof Forever Changes

La Fontiña de Nai en la copa

La Fontiña de Nai 2016 tiene un una capa limpia e intensa de color rojo cereza con el ribete granate, que revela su crianza durante más de un año. Tras esa primera fase visual, al moverlo en la copa se aprecia una lágrima densa y lenta en su caída y en nariz cobran en un primer momento protagonismo aromas a frutos del bosque maduros -nos recuerdan a arándanos, picotas, algo de mora- con matices especiados, notas dulces como a vainilla o a clavo.

La presencia de la fruta sigue dominando en su paso por boca, con una buena acidez y taninos firmes. Un vino con mayor complejidad y estructura, con un final largo.

LOF con ‘Alone again or’ de Love

LOF y Love se escriben distinto pero suenan igual. Tal vez por eso la primera canción que vino a mi cabeza mientras bebía La Fontiña de Nai fue una de las mejores canciones de esta banda estadounidense, ‘Alone again or’. Un tema incluido en su disco Forever Changes, considerado como uno de los grandes álbumes de psicodélicos de todos los tiempos por muchos críticos.

‘Alone again or’ tiene la complejidad de La Fontiña de Nai con esos arreglos orquestales en los que se escuchan violines y trompetas, cantada en armonía por Arthur Lee y Bryan Maclean. También tiene ese punto folk de un mencía de la tierra, con la fruta y la acidez que caracterizan a la variedad en el Bierzo. No faltan tampoco esas notas nostálgicas, como las que expresa un vino cuyo nombre recuerda a las raíces familiares y a ese viñedo del que proceden sus uvas.

Durante la cata surgieron otras canciones, con propuestas que maridaban La Fontiña de Nai con ‘Enjoy de forbidden’ de Sex Museum, ‘Little wing’ de Jimmy Hendrix, ‘Sin ti no puedo estar’ de Lie Detectors o, incluso, ‘Rock and Roll machine’ de Turbonegro.

 

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