Hace poco más de un año leía el último informe de Luis Gutiérrez -el representante de la prestigiosa guía ‘The Wine Advocate’ (Robert Parker) para España, Chile y Argentina- sobre los vinos del Bierzo. Entre sus líneas destacaba algunos proyectos nuevos más allá de Valtuille y Corullón, indicando el «mucho potencial aún por descubrir» de los viñedos de Ponferrada con una amplia zona rural «con diferentes suelos, exposiciones y altitudes, con bastante pizarra». Y ahí señalaba Mundo Zeppelling, una bodega joven fruto de la colaboración de los reconocidos enólogos argentinos Gerardo Michelini y Andrea Mufatto con el berciano Javier González.
Michelini i Mufatto & González arrancó en 2016 con la primera añada de Mundo Zeppelling. Y de entre las distintas etiquetas que elaboran (Capitán Beto, Plop! En el Camino, A Merced Valdeviñas, A Merced El Canto…), hemos elegido para nuestro tercer maridaje sonoro su ‘buque insignia’, Mundo Zeppelling 2016. Un «mencía de pueblo», elaborado con uvas de las viñas de Ozuela «de 100 años, cara noreste, suelo de pizarra, casi todo mencía…», según recoge su etiqueta.
Así, este vino es fruto de técnicas de viticultura orgánica y una añada fría y lluviosa «con bajos rendimientos y buena calidad de la uva», que fue recogida mediante vendimia manual a principios de septiembre. La vinificación se lleva a cabo de cada parcela por separado con el 100% de los racimos enteros. Se pisan las uvas y se fermentan en grandes tinas de roble. Una maceración suave de unos 40 días con levaduras autóctonas y, a continuación, es envejecido durante 8 meses en barricas de roble francés. Después pasa a la botella sin filtrado -unas 1.200 botellas de la añada 2016-.
‘Mundo Zeppelling’ en la boca
«Todo esto y su gente es la mueca que nos va a quedar cuando nos vengan a buscar», se lee en su contraetiqueta -diseñada por el estudio Argo-, parafraseando la canción ‘Todo eso’ de la banda de rock argentina Callejeros.«Todo eso y tus besos, son la mueca que me va a quedar, cuando me vengan a buscar». Y claro, intentando dar sentido a esa frase, comenzamos con la cata de Mundo Zeppelling 2016 en El Sexto Sentido (C/ Antolin Lopez Pelaez, 3. Ponferrada), que en su fase visual nos muestra un vino limpio, con un tono entre rubí y borgoña claro, de capa media-baja.
En la nariz se muestra intenso y muy aromático. Aparecen notas florales y aromas a frutas rojas poco maduras, como fresa ácida, y toques de gominola. En boca, resalta su frescura y acidez, con taninos finos y un fondo mineral. Suave. Todos coincidimos en que es un vino «muy equilibrado» y «jugoso», muy fácil de beber, con sus 13º de alcohol. Resumiendo, un mencía «muy rico» y diferente.
Con ‘Whole lotta love’ de Led Zeppelin
Sé que tal vez era lo más evidente, pero no podía pensar en otra canción mientras cataba este vino que no fuera una de Led Zeppelin, en concreto el ‘Whole lotta love’, cuyo título más o menos puede ser traducido como «muchísimo amor». Tanto que me tuve que alejar un momento del grupo de cata, para escucharla de nuevo tranquilamente, sin soltar la copa de Mundo Zeppelling. Sí, comparten esa verticalidad y ese final largo. Me reafirme. Al final, la acidez de Mundo Zeppelling vibra mi boca como la guitarra eléctrica de Jimmy Page en mis oídos. Provocan el mismo efecto. Quiero beber un poco más. Quiero escuchar un poco más.
El Mundo Zeppelling 2016 de Michelini i Mufatto & González también inspiró a otros compañeros de cata, que maridarían este mencía con la canción ‘Paranoid’ de Black Sabbath y el ‘Runnin wild’ de Airbourne, también muy verticales y eléctricas, o, con un punto diferente, ‘Starlight’ de Muse – «far away, this ship is taking me far away…»-. Hugo, de El Sexto Sentido, se sumó igualmente al debate de la cata sonora. Su propuesta, una de Rage Against the Machine.
Y con rock argentino
Teniendo en cuenta la frase de la contraetiqueta, tenemos que hacerle un hueco en esta cata sonora a la canción a la que hace referencia, ‘Todo eso’ de Callejeros. Y es que Gerardo y Andrea son grandes amantes del rock argentino, no en vano otro de sus vinos en el proyecto Mundo Zeppeling, Capitán Beto, se inspira en un tema de los años 70 de Invisibles, una banda que forma parte de la historia del rock en Argentina. A mi, sin apartarme de las referencias musicales de ese país, me encaja más el ritmo de una canción como ‘No me arrepiento de este amor’ del Attaque 77 de Ciro Pertusi. Y es que, confieso, «yo soy de A77AQUE, es un sentimiento, no puedo parar…»
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